Una historia de | Cuando encontré la paz
- angiebrenes
- 31 may 2023
- 2 Min. de lectura

En ocasiones aun me parece un milagro poder tener estados de paz tan placenteros. Los reconozco cuando sé que respirar es suficiente y no necesito nada más para estar. Lo tengo todo y soy una manifestación más de una cálida belleza indescriptible.
Es hermoso, pero encontrar la paz no fue de un día a otro y al mismo tiempo fue bastante simple.
Inició con la búsqueda de una versión mía que quería nacer y por deseo de darme una experiencia única en mi vida. Y fue así como me llevé a Playa del Carmen. Sentía que ya me había comido la capital y que lo que buscaba estaba más asociado con la naturaleza, con un ritmo pausado ¡y silencio! El silencio era importante… Empaqué el kit de mudanza: mis cuarzos, mis cartas y la foto de la Sra. Pucca. Lo demás era prescindible…
Mañanas y tardes frente al caribe alineando mi respiración al vaivén de las olas, solo yo y pensamientos acelerados de una Angie ejecutiva y guerrera que tuve que hacer a un lado.
Y así por varios meses… solo yo, mi vida, mi amor, mis sueños y claro, mis dolores… dolores que como un carbón, metía en mi pecho para que se diera sabiduría, experiencia y buenas historias. Dolores que ardieron, me dieron luz y marcas en el alma que luzco con amor y con orgullo, pues son la muestra de que he existido, he estado y he vivido… intensamente.
"La paz se encuentra volviendo a habitarnos y respirar la delicia de ser y de estar"
Pero nada tan intenso como el amor hacia mi… Amé también Playa del Carmen y la Angie bohemia que disfrutaba caminar la 38 con sus sandalias, morral, audífonos y lentes de sol…

Fui muy muy feliz.
Después tocó moverme a otra de las bases y mi piel sintió el ritmo de la ciudad y resentí no tener mi espacio de paz.
En ese momento no sabía que era la fase dos de la lección “encuentra tu paz”, donde no se trata de estar en un lugar remoto, silencioso y en solitud; la paz se encuentra volviendo a habitarnos y respirar la delicia de ser y de estar. Soltando lo que creemos que somos, el rol, los pendientes… Dejando en segundo plano las conexiones con otras personas y priorizando la conexión con Dios y con uno mismo.
Claro que velas, lo minimalista, la comodidad y el silencio ayudan a poner el mood y claro que no es un estado 24/7 al menos en este momento, pero voy mejorándo. Encuentro ese estado más fácil, o mejor dicho, me retiro como obstáculo para permitir que exista cada vez con menos resistencia y con mayor frecuencia.
Sé que la siguiente fase será vivir en ese estado, pero “Roma no se hizo en un día”…
- Angie



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